La torre del homenaje
Desde el último piso de la torre del homenaje se puede admirar una increíble vista al casco antiguo, las regiones de Werdenberg y Vorderland de Vorarlberg.
En la parte posterior de la plataforma hay unas bocinas (Bumsa) que servían para emitir señales de saludo o de alarma. Cuando se producían heladas, por ejemplo, se avisaba a los propietarios de los viñedos con señales de alarma. Entonces los propietarios podían proceder a encender hogueras entre las viñas o a tapar las vides.
La pequeña bomba de agua expuesta aquí nos recuerda que Feldkirch fue destruida en repetidas ocasiones por grandes incendios, por última vez en 1697.
En el primer piso de la torre del homenaje, que cuenta con una de 22 m, se encuentra la colección de armas del párroco Gebhard Wendelin Gunz. El párroco estuvo en el frente de los Dolomitas como capellán castrense durante la Primera Guerra Mundial.
Acorde con el tema de la segunda sala se muestran cerraduras de todo tipo procedentes de la colección de otro habitante de Feldkirch, Anton von Grebmer.
En el tercer piso del torreón se encuentran en una vitrina una armadura de placas (también llamada arnés) de medio cuerpo para siervo y una cota de malla, ambas originales del siglo XVI. Además, se puede admirar aquí una pequeña colección de lanzas y alabardas. Este tipo de armas formaban parte del equipamiento de guerra estándar de los ciudadanos de Feldkirch. También se puede ver la antigua cocina del guardián, una cámara de la torre que en su día sirvió de cámara para el personal y la habitación del guardián.